El líquido de frenos ejerce la presión hidráulica a los frenos, empuja las balatas hacia los discos provocando una fuerza de frenado. Si no tienes el líquido de frenos de tu auto en buen estado este se puede saturar de agua lo cual ocasionaría que se calentará durante el proceso un frenado. Se crearían burbujas de aire en el sistema hidráulico y se comprometería la eficacia del frenado.